Ser amigos.

Ser tu amigo, también es hablarte de aquello que no te gusta oír; aquello de lo que no te sientes orgulloso; de lo que te arrepientes, de lo que nunca volverías a hacer, incluso… aquello en lo que no te reconoces a ti mismo. Y aún así, besaré tus cicatrices.

Ser tu amiga, también es, acompañarte en tus peores tormentas, y contarte al oído las cosas que no me gustan y que te hará daño escuchar. Aunque sabes, que todos necesitamos de «esa» persona que nos diga la verdad, cuando los demás ya no lo hacen.

Ser tu amigo, también significa, tener la libertad de decirte, que no eres perfecto, infalible y maravilloso, las 24 horas del día. Y que cometerás errores continuamente. Aún así, yo no dejaré de quererte.

Ser tu amiga, también me permite entrar con respeto, a ese espacio donde la amistad ocupa el lugar más importante, ahí donde no siempre es necesario pedir perdón, si un abrazo sincero lo dice todo. Y tendrás que perdonarme muchas veces, las mismas que yo a ti.

Ser amigos nos concede un «pasaporte» único e intransferible, y en cada una de sus páginas, va sellando día a día, cada uno de nuestros viajes juntos; cada una de nuestras aventuras cotidianas.

Un documento que nos recuerda que somos, reales, humanos, imperfectos, torpes, imprudentes, que fallamos, mentimos, y nos equivocamos. Un mapa, que como la vida misma, nos levanta del suelo y nos inventa nuevos caminos. Nos pone alas de nuevo y una sonrisa… si estamos juntos.

Rosa Vidal Ross Copyright 2017.

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