Una Jirafa en la ventana.

Cada día aparece ante nosotros, como si tuviéramos una máquina capaz de crearlos, como si se tratara de un inteligente cajero automático a nuestra disposición las veinticuatro horas del día. Y así, como no quiere la cosa, se nos olvida que cada una de las horas que vivimos son irrepetibles e irremplazables y no siempre ofrecen segundas oportunidades ni vueltas a empezar.

Nos paramos demasiado a analizar esto o aquello, y buscamos el porqué o el porqué no; el que habría pasado o pasará si hago esto o aquello, y en ese laberinto de preguntas, se nos olvida que la esencia del ser humano y la más extraordinaria cualidad, reside en la «sencilla curiosidad» de abandonarnos a los sentidos.

Dejar que la intuición, la sensibilidad y la inteligencia hagan su trabajo, sin reservas ni ataduras. Permitirnos, simplemente, que cada error y equivocación sean los pequeños milagros de cada día, que nos permiten ser un poco mejores. Las aventuras que nos recuerdan porque merece la pena vivir. Porque merecen la alegría las personas, que a pesar de su aparente coraza, están hechos de acero inolvidable.

A veces, no tienen que cambiar las cosas, sino aprender a mirar con distintos ojos.

 

Rosa Vidal Ross.© Copyright 2016.

El cielo es de quien sabe volar.

Dicen que el cielo es de quien sabe volar. Y si los pies te fallan, recuerda que tienes alas. No es tan importante donde estás sino lo que puedes hacer allá donde te encuentres. Olvidamos constantemente que no es tanto lo que nos pasa, sino lo que hacemos con lo que nos pasa. Los demás nunca pueden tener el poder de decidir quien quieres ser, eso solo te corresponde a ti. Las cosas no se dicen, se hacen, porque al hacerlas se dicen solas.

Rosa Vidal Ross © Copyright 2016

La costumbre.

Que nunca se pierda la costumbre de mirar a los ojos, de abrazar, de besar, de disfrutar de las cosas simples, de reír por tonterías. De dejar a las palabras que salgan cuando quieran y vuelen allá donde lo necesiten. Todos estamos rotos de algún lado y existen pocas cosas más hermosas en el mundo, que unir dos trozos y hacer con ellos una historia inolvidable.

Rosa Vidal Ross © Copyright 2016

Quería ir muy lejos.

Quería ir lejos, muy lejos…y después de dar muchas vueltas por el mundo y descifrar todos los idiomas que encontré en mi camino, descubrí que necesitaba el silencio, sencillo y cotidiano que vive en mi corazón. Descubrí que para ir muy lejos, antes debía empezar desde muy cerca…y yo soy lo más cerca que tengo. Así, me enamoré nuevamente de la vida y de las sonrisas de aquellos que se cruzan en mi paso. De las personas llenas de luz y magia que el destino coloca como piezas únicas ante mis ojos. Así, entendí, que lo imposible ocurre todos los días…

Rosa Vidal Ross © Copyright 2016