Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Qué puente pasar y cuál quebrar. Si insistimos en permanecer en ella más allá del tiempo necesario podemos perder la alegría y el sentido real de todo. Cerrando círculos, cerrando puertas, cerrando capítulos. Como queramos llamarlo; lo importante es poder cerrarlos y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando. Acabó una relación sentimental; terminó un trabajo; tienes que cambiar de casa, ciudad o país; se ha roto una amistad importante para ti. Es momento de abandonar ese próposito o sueño que persigues hace tiempo. Puedes pasar tu presente «revolcándote» en los porqués, y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito porque en la vida, tú, yo, tu pareja, tu ex, tus amigos, tu familia, todos estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o momentos y seguir adelante. Hay que soltar y desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros; por mucho que nos duela entenderlo y aceptarlo. Pero no por orgullo ni soberbia, sino porque ya no encajas allí, en ese lugar, en ese corazón, en esa casa, en ese trabajo, en esa relación. Ya no eres la misma persona que se fue hace dos días, hace tres meses, hace un año, por lo tanto no hay nada a lo que volver. Nosotros ya nos somos los mismos, ni el entorno al que regresamos será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Cambiar es evolucionar. Crecer es transformarse. No existe nada en la naturaleza, en la tierra o en el universo que no lo haga a cada instante.
_________ ✒️ #rosavidalross
Copyright © #SNQP