Si fueramos conscientes del auténtico poder de las palabras. Nos hieren como balas y también, como besos, nos curan. Pueden rompernos el corazón en mil pedazos y al tiempo ser un bálsamo para nuestras cicatrices. Tienen la energía que nos eleva y la fuerza que nos hunde. No se trata de decir más con menos palabras, sino de utilizar las justas, para dejar nuestra mejor huella, en la vida de los demás. A veces, una sola palabra puede cambiar nuestra historia para siempre.
Rosa Vidal Ross Copyright 2017